Un perrito que no puede caminar y una palomita que no puede volar forman una amistad adorable

Un perrito chihuahua y una palomita están derritiendo corazones desde que los pusieron juntos en la misma camita. Desarrollaron un vínculo verdaderamente adorable como indestructible.

Cuando la amistad es sincera no existe ningún impedimento que pueda detenerla, ni el tamaño, ni la edad, ni siquiera la especie, o si uno de los dos amigos tiene alas. Tal como han demostrado un adorable perrito chihuahua y una paloma, ambos discapacitados, que han forjado la más fuerte de las amistades.

El perrito y la paloma se volvieron amigos incondicionales

perrito

Lundy es un perrito chihuahua de solo dos meses de edad que enfrenta una gran batalla por recuperar el movimiento de sus patitas y poder volver a caminar, debido a un daño que sufrió en la columna.

Pesaba menos de 100 gramos

Herman es una traviesa paloma que no puede volar. Los dos animalitos se conocieron hace un mes en la Fundación MIA, un centro de rescate de animales de Nueva York, Estados Unidos.

La primera en llegar al refugio fue la paloma, hace un par de años, tras ser encontrada en el suelo a las afueras de un concesionario de autos. Una lesión en sus alas, tristemente le impide a esta linda ave volar.

Lundy llegó hace un mes al lugar y fue entonces que recibió la más acogedora bienvenida por parte de Herman.

El día del primer derroche de amor estaba a punto de suceder. Sue Rogers, la fundadora de la organización, estaba haciendo un chequeo diario al chihuahua y mientras eso pasaba quiso ver cuál sería la actuación de estos dos animales al estar juntos.

El ambiente estaba un poco tenso y de fondo se escuchaban suaves arrullos de la paloma, Una amplia camilla se hundió levemente, con pequeños pasos de cuatro patitas que se aproximaron para el inevitable encuentro, habían pasado pocos segundos antes de que Sue volviera a verlos y en un abrir y cerrar de ojos ya estaban los dos acurrucados uno al lado del otro.

“Puse a Herman en una cama para perros y comencé a cuidar a Lundy. Posteriormente, decidí poner cuidadosamente a Lundy en la misma cama para perros, a su lado. Comenzaron a interactuar inmediatamente de una manera muy linda”, dijo Sue Rogers, la fundadora del centro.

Tanto Herman como Lundy, no han tenido una vida fácil. El objetivo inicial de Sue era solucionar el problema de movilidad de Lundy, con la ayuda de una silla de ruedas, y encontrar una familia adoptiva para él.

¡Son tan tiernos!

El respeto es base fundamental en cualquier amistad y estos dos sí que saben de eso, pues en aquel primer encuentro, Herman no lo picoteó y Lundy no lo mordisqueó. Esa primera escena quedó captada en una foto y en la memoria de Sue.

Desde ese primer momento comparten todo juntos, sus citas con el doctor, sus horas de almuerzo y de juego.

¡Es más hasta se despiertan en las mañanas!

En otras circunstancias, muy probablemente ambos animalitos pudieron tener un triste final debido a sus discapacidades, pero afortunadamente recibieron la ayuda de Sue, quien dedica sus días a rescatar mascotas nacidas con alguna “deficiencia”, muchas de las cuales habrían sido sacrificadas sin su intervención.

“Nuestro objetivo principal es acoger animales con defectos de nacimiento. Pero la gente también nos trae pájaros y ardillas heridos en ocasiones”, comentó la mujer.

Su amistad es increíble

Esta pareja de amigos ha enamorado a tantas personas que finalmente todo dio un giro inesperado. Sue decidió dejar a Lundy en la organización, sin pensar que aquella decisión tomada en aquel momento favorecería el bienestar físico y psicológico del peludito más adelante.

Recientemente, se dieron cuenta que fue la mejor decisión que pudieron tomar por una triste noticia: una radiografía confirmó los temores del veterinario. No habrá tratamiento o cirugía que le de al pequeño Lundy la oportunidad de caminar normalmente. Confían que la enfermedad no avance para que pueda seguir jugando y compartiendo con su amiga Herman.

Es bueno saber que aún existen personas de buen corazón, dispuestas a dar una mano amiga a los animalitos que más lo necesitan. Lundy y Herman seguirán pasando los mejores momentos juntos, porque no hay ningún “defecto” que impida su genuina amistad.

Es una hermosa historia de amistad incondicional. Recuerda que hay muchos animalitos discapacitados que necesitan de tu ayuda, ábreles las puertas de tu corazón.

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