Recibe la mayor lección de su vida tras seguir a su hijo y descubrir en qué gastaba su dinero

Un niño de Filipinas logró demostrar el enorme corazón que pueden tener los más pequeños. Su padre comenzó a notar que su hijo salía todos los días a la misma hora sin aclarar a nadie hacia dónde se dirigía. Un día el padre decidió seguirlo, y cuando descubrió las verdaderas intenciones de su hijo, su corazón se derritió.

Este niño filipino llamado Ken Amante tan solo tiene nueve años de edad.

Su padre siempre confió en él, pero comenzó a notar que los paseos ocurrían a horas muy precisas y que su hijo se mostraba algo ansioso hasta que llegara el momento de su paseo rutinario. Fue entonces cuando decidió seguirlo.

Aunque casi en desuso, en algunas poblaciones de las Islas Filipinas se sigue teniendo la tradición de comer carne de perro.

Después de caminar un poco, descubrió que su hijo estaba rodeado de varios perros de la calle. La misión que el pequeño había asumido era ayudar a esos pobres perritos que parecían haber sido completamente abandonados por la sociedad. Docenas de perros se acercaban hasta Ken desde todos los rincones, y lo saludaban muy emocionados y agradecidos con la comida que el pequeño les brindaba.

Ken les compraba la comida a los perritos con el dinero de su propia mesada.

Una de las cosas que más sorprendió al padre de Ken es ver lo amigables que eran todos los perros con su hijo. Había visto antes a varios de estos perros y sabía que no eran muy sociales con las personas porque siempre se mostraban extremadamente nerviosos.

En las Filipinas se suelen criar a los perros para ser guardianes, por lo que no suelen saber cómo socializar con los humanos.

Sin embargo, Ken se supo ganar su confianza. Al principio, solo les ponía el plato y se alejaba porque los perros no se atrevían a acercarse a él. Pero ahora los perros no solo esperan un delicioso plato de comida, sino también unas buenas caricias que el simpático niño no duda en regalarles.

Ken y su padre se vacunaron y cuidan mucho su higiene para no correr ningún riesgo mientras ayudan a los perritos.

El padre de Ken decidió tomar algunas fotos para capturar el hermoso momento. Estaba conmovido al comprobar el  enorme corazón que tenía su hijo, y de lo mucho que era capaz de hacer por los animales a pesar de su corta edad. Fue así como decidió unirse a su hijo y ayudar un poco más a estos perritos.

Entre al padre y su hijo les pusieron nombres a algunos: Blackie, Brownie y White.

Ken le explicó a su padre que quería ayudarlos a todos. Le preocupaba mucho su bienestar. Decidieron crear una Organización para ayudar a los perritos que tanto querían a Ken; y a muchos otros perros de la zona. La llamaron Happy Animals Club y se encuentra en una enorme parcela que el padre de Ken decidió comprar cerca de su casa.

Ahora los primeros perritos con los que Ken trabó amistad se han recuperado mucho. Son felices y saludables.

Metro

Gracias a la iniciativa de Ken cientos de perritos de Filipinas han recibido una nueva oportunidad para tener una mejor vida.

Te invitamos a compartir esta conmovedora historia para apoyar al pequeño Ken y a su padre en su grandiosa iniciativa.

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