Se acostó sollozando de dolor con la mandíbula rota pero alguien le brindó una gota de esperanza

La vida de los perritos callejeros está llena de infortunios donde el dolor parece protagonizar muchos de sus días. Ellos parecen indiferentes ante la mirada de muchos que pasan a su alrededor ignorando que se trata de un ser vivo que solo necesitan un poco se atención, un gesto de amor que le brinde la oportunidad de cambiar su vida.

La primera vez que vieron a la perrita estaba muy deprimida.

Esta es la historia de Laika, una perrita callejera que como muchos otros sollozaba de dolor y estaba al borde de la muerte hasta que un amante de los animales supo de su condición y decidió brindarle la ayuda que tanto necesitaba.

Viktor Larkhill fue el hombre quien junto a un pequeño grupo de rescate la sacó de las calles.

Rasuraron parte de su rostro para la intervención.

La perrita fue encontrada sola en un campo, estaba muy demacrada con graves signos de desnutrición, sufrió un fuerte golpe en la cabeza que causó que el lado derecho de su mandíbula se desprendiera.

Por suerte, la ayuda había llegado para Laika, quien sin duda estaba viviendo una pesadilla despierta.

Lamentablemente, la infección se expandió y fue necesario extraerle el ojo.

La perrita no podía comer, ni abrir su boca para tomar agua, solo podía sacar un poco la lengua.

Estaba viviendo una verdadera tragedia. Larkhill comentó al respecto:

«Con la mandíbula rota y cerrada, incapaz de comer o beber, y abandonada en medio de la nada, Laika no tenía esperanza de sobrevivir sola”.

Sus rescatistas y el equipo de veterinarios estaban dispuestos a salvarla y darle la segunda oportunidad de tener una vida digna.

Fue necesario realizarle una cirugía maxilofacial, una intervención reconstructiva craneofacial compleja que le permitió abrir la boca nuevamente.

Disfruta de su transformación en el siguiente video.

La dulce Laika tuvo un largo proceso de recuperación, afortunadamente nunca estuvo sola, con mucha paciencia e infinito amor fue revelando grandes avances que agitó de alegría el corazón de todas las personas que la vieron transformarse.

Su vida de dolor había quedado atrás, ahora estaba viviendo cosas maravillosas al lado de sus nuevos amigos humanos.

Laika está completamente sana y agradecida con sus rescatistas.

Tras ser dada de alta Laika fue llevada a un hogar de acogida, aún está buscando un hogar permanente.

Deseamos pronto alguien quiera hacerla parte de su vida y que esta peludita forme parte de alguna familia. Si está interesado en adoptarla puedes comunicarte con Viktor Larkhill al siguiente correo: [email protected].

Cambiarle la vida a los perritos callejeros depende de pequeños actos. No seamos indiferentes ante su tragedia y se parte de ese grupo que apuesta porque todos los perritos tengan un hogar lleno de amor. ¡Comparte!

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