Todos lo rechazaron porque su cara era “fea” y jamás había conocido el amor de una familia

Dicen que no hay que juzgar a un libro por su portada pero son muchísimas las personas que rechazan por completo a un animalito por lucir diferente a los demás.

“Una mezcla exótica entre el Grinch y Maurice de Madagascar”, dice la descripción del Instagram del gatito.

Bean es un hermoso gatito que pasó sus primeros años de vida en un parque de casas rodantes. Allí interactuaba con muchos humanos pero nunca nadie le brindó la ayuda que tanto necesitaba.

Comenzó a sufrir serios problemas de salud y finalmente lo llevaron a un refugio. De inmediato, Bean se robó el corazón de todos. Era un gatito verdaderamente único y tenía su carita un poco aplastada.

Los rescatistas trabajaron duro para curarlo y pensaron que en muy poco tiempo Bean sería dado en adopción. Lamentablemente, nada más lejos de la realidad.

Decenas de familias acudieron allí a buscar una nueva mascota y ninguna parecía fijarse en Bean. Todos lo rechazaban porque consideraban que su cara era muy extraña y “fea”.

Cuando comenzaban a perder todas las esperanzas de conseguirle un hogar, recibieron un correo de Francisca Franken. Esta joven amante de los animales vio a Bean en las redes y no dudó en escribir para ver si todavía se encontraba en adopción.

Francisca jamás lo consideró feo. Lo único que veía era a un peludito con adorables ojos grandes que necesitaba un poco de amor.

El pobre Bean había sido rechazado tantas veces que la rescatista no podía creer que hubiese alguien interesado en él.

Sin pensarlo dos veces, Francisca condujo hasta el refugio y se preparó para conocer a Bean. Cuando lo tuvo en sus brazos comenzó a llorar de alegría. No había dudas de que estaban destinados a estar juntos.

El asustado gatito siempre se mostraba muy desconfiado pero con Francisca se sentía tan a gusto que parecía que fuesen viejos amigos.

La adopción de Bean fue todo un éxito. Al principio, parecía asustarse con cualquier objeto de la casa y pasaba el día entero aferrado a Francisca.

Con el paso del tiempo comprendió que ese sería su nuevo hogar y comenzó a disfrutar de las maravillas de tener una familia dispuesta a brindarle mimos todo el día. Cuando llega la hora de dormir, el hermoso Bean se dirige a la cama de Francisca y duerme junto a ella.


Resulta difícil imaginar que un gatito tan hermoso como Bean fuese rechazado una y otra vez. Afortunadamente, llegó a los brazos de la persona perfecta para él y nunca más tendrá que enfrentar las penurias de vivir en las calles.

¿Qué opinas de carita tan especial de Bean? Comparte esta nota para ayudar a crear conciencia y recordar que todos los peluditos merecen un hogar.

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