Un oso ha vivido solo toda su vida, hasta que ve a otro de su especie por primera vez

Algunas teorías afirman que muchas de las cosas que hacemos es porque somos seres innatos, algo con lo que nace el sujeto y se aprende sin tener contacto con el mundo exterior. Sin embargo, otros afirman que somos seres sociales. Tanto en el reino animal como en el de los humanos nuestra conducta va a estar determinada por el contexto y la interacción con otras especies iguales.

Un oso estaba en cautiverio y en condiciones deplorables.

Desafortunadamente, un oso pasó toda su vida solo sin tener contacto con otros de su especie, fue sacado de su hábitat natural para criarlo encadenado.Durante muchos años vivió cautivo en solitario viendo solo a sus desalmados captores.

Se veía triste y débil.

Para consuelo del oso un equipo de rescatistas se enteró que había un cachorro en cautiverio e inmediatamente actuaron para salvaguardarlo. El temeroso animal se encontraba en una aldea albanesa al sureste de Europa.

Fue rescatado y llevado a un lugar seguro.

Estaba encadenado a una pared a pesar de ya estar encerrado en un sótano pequeño, oscuro y sin ventana. Apenas el oso se podía mover, como si fuera poco el oso sobrevivía con mínimas cantidades de agua y comida. La historia se dio a conocer por todo el continente, realizaron un plan de acción para proteger al oso.

Los rescatistas decidieron llamarlo Riku y fue apodado “el oso más triste de Europa”.

Riku fue trasladado a un parque de osos búlgaro donde recibió atención médica, finalmente el animal podría reunirse con otros miembros de su especie. Como Riku había pasado todo su vida en total aislamiento todos estaban a la expectativa sobre cómo reaccionaría al ver otros osos.

Su conducta emocionó a todos los rescatistas y cuidadores.

Por varios días Riku y Gabriela se comunicaron tocando sus narices a través de la cerca de alambre, ella había sido rescatada de un circo búlgaro y es un oso de 22 años. Sin tener mayor contacto solo el de sus miradas parecía que ambos osos compartían sus circunstancias pasadas.

Después de semanas los rescatistas pensaron que los osos harían un buen equipo de juego y decidieron quitar la cerca de alambre. 

Afortunadamente Riku actuó muy bien y fue receptivo con su compañera, ver a ambos osos jugando pero sobre todo atendidos y saludables es lo mejor.

Ningún animalito merece ser maltratado ni condenado por los gustos pasajeros del hombre. Debemos acabar con el maltrato animal y unirnos para ser la voz de los aquellos que no tienen.

Comparte la nota y has de esta historia un testimonio de fe y trabajo por causas justas hacia los animalitos.

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