Una jaula diminuta en una horrible granja de pieles fue su único hogar, moriría sin ver el sol

Es muy triste que la belleza de algunos animales sea algo malo para ellos mismos a causa de la falta de escrúpulos de algunas personas que solo buscan satisfacer sus propios intereses.

El protagonista de esta historia es un pequeño zorro polar que estaba en un hogar de crianza solo con la finalidad de comercializar su pelaje.

Milagrosamente fue rescatado de una granja de pieles, en Polonia, pero una de sus patas traseras estaba gravemente herida y no hubo más remedio que amputársela.

Este pequeño zorro había vivido enjaulado desde que nació, y a pesar de ser polar, no conocía la nieve, si acaso y con mucha suerte en algún momento pudo ver el cielo.

Lamentablemente las granjas de pieles son un verdadero infierno. Este tipo de actividad es un verdadero horror en donde se percibe el sufrimiento del ambiente.

Los activistas y defensores de los animales no catalogan esta situación como maltrato, sino algo mucho peor. Afortunadamente, muchas agrupaciones animalistas han denunciado a muchas de ellas, pero sigue siendo un mal por erradicar.

El destino de este zorro polar cambió tras ser rescatado por la ONG Otwarte Klatki, fue salvado de un final trágico y liberado de la muerte a la que estaba esperando encerrado en una jaula diminuta. Su estado era muy deplorable, este pobre animal estaba moribundo.

Para alegría de todos, hoy este zorro polar vive feliz y libre en medio de la nieve. Se trata de un santuario al que llegó después de pasar por el infierno de una granja de pieles, y en donde recibe todo lo que merece.

Lo más seguro es que cuando tocó la nieve por primera vez sintió algo familiar o algún recuerdo guardado en su interior.

Según explican desde Otwarte Klatki, la ley polaca permite que organizaciones de bienestar animal puedan intervenir en cualquier lugar para salvar animales.

Y en los casos donde su vida está en peligro, pueden sacarlos y rescatarlos quitándoselos al dueño.

Después se inicia un proceso legal para buscar a el responsable de los malos tratos que ha recibido el animal.

Tristemente el pequeño cachorro zorro tenía una grave lesión en una de sus patas traseras, lo que obligó a los rescatistas a amputarla.

“Queríamos utilizar los medios legales para salvarlo, pero también queríamos que el propietario respondiera en la corte por maltrato animal. Vimos esto como una oportunidad para cerrar la operación”, explica un portavoz de la organización.

Después de tres meses del rescate, y cumplir con los requerimientos legales, la finca cerró definitivamente.

Es un gran logro del esfuerzo de muchos voluntarios que luchan día tras día en el mundo entero contra estas prácticas inaceptables.

Aunque el pequeño zorrito no pudo regresar a su hábitat natural porque creció en una jaula y en contacto con humanos, ahora tiene una vida feliz y libre con grandes amigos caninos en un santuario de la asociación, con los que comparte, juega y adopta como familia.

 No dejes de compartir esta emotiva historia… ¡Por primera vez este pequeño zorro es feliz!

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