Una perrita visita a su dueño con Alzheimer y demuestra que hay cosas que el corazón no olvida

Michelle Karpaitis no contó con la presencia de sus padres desde que era muy pequeña. Por suerte, sus amorosos abuelos no dudaron en hacerse cargo de ella y le dieron una maravillosa vida. Cuando Michelle cumplió 8 años de edad conocieron a quien se convertiría en uno de los miembros más queridos de la familia: una linda perrita llamada Cake.

Tony es un veterano que sirvió durante más de 20 años en las fuerzas militares.

La encontraron a un lado de la carretera y era tan pequeña que parecía un roedor. Su abuelo, Tony, la ayudó a cuidarla y a convertirla en una de las peluditas más felices del mundo. No fue un camino sencillo. Cake había sido dejada atrás de una manera tan dolorosa por sus antiguos dueños que creció siendo una perrita muy insegura.

Tony vive en el estado de Virginia en los Estados Unidos.

Con el paso del tiempo desarrolló algunos problemas de comportamiento como trastorno de ansiedad por separación, hiperactividad y algunas obsesiones. Por suerte, Tony le enseñó a su nieta la importancia de nunca rendirnos con nuestros seres queridos y el duro trabajo de ambos fue lo que inspiró a Michelle para convertirse en una especialista en la psicología de los perros.

“Fue un proceso largo con mucho sudor y lágrimas”.

Ahora, han pasado muchos años desde esa importante lección y si hay algo que no ha cambiado es el enorme amor de esta perrita por sus rescatistas. Tony ahora se encuentra viviendo junto a su esposa en un hogar para ancianos. Desde hace un tiempo ha comenzado a mostrar síntomas de alzheimer y demencia. Muchas cosas se le olvidan e incluso ha comenzado a tener dificultades para hablar con fluidez.

Cake tuvo que obtener certificados de buen comportamiento para que le permitieran visitar el hogar donde vive Tony.

Cada vez que Michelle se dirige al hogar va acompañada por la hermosa y leal Cake. A pesar de que Tony olvida tantas cosas no tarda ni un segundo en reconocer a la perrita. Ella, por su parte, va directamente hacia su habitación y en cuanto lo ve le da los mejores abrazos y besos. No hay duda de que ambos se han extrañado mucho y saben aprovechar al máximo estas valiosas visitas.

“Cuando ve a Cake no tiene que preocuparse porque sabe comunicarse con ella sin necesidad de palabras”.

Tony toma la correa de Cake y se dispone a darle un paseo. Se trata del único momento de la semana en que logra recobrar la confianza en sí mismo y se muestra mucho más feliz. No hay duda de que las maravillosas relaciones que forjamos con nuestras mascotas son mucho más fuertes que cualquier enfermedad.

¿Qué opinas de la hermosa conexión entre Cake y Tony? Comparte esta nota para celebrar el maravilloso efecto que tienen los perritos en pacientes con alzheimer.

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