La anaconda verde es una serpiente constrictora de la familia de las boas, cuyo hábitat natural se centra entre los ríos del trópico de Sudamérica. Es, de todas las serpientes conocidas, la de mayor peso y tamaño.
Pasa el mayor tiempo de su vida en el agua y rara vez supera los 15 años, aunque se han documentado casos de algunos ejemplares mucho más longevos, que incluso han superado el medio siglo.
Debido a su portentosa apariencia, este anfibio animal ha sido el protagonista de numerosas pesadillas nocturnas, incluso se ha sabido de casos en los que un ser humano completo ha sido engullido por una de estas temibles y misteriosas anacondas.
Pero, recientemente, gracias a una publicación que se hizo viral en las redes supimos de un par de estudiantes que se encontraban de paseo por un bosque en Brasil, que encontraron no una, sino seis anacondas haciéndoles una barricada. No había forma de pasar y debieron detener su travesía.
De inmediato, y lejos de salir espantados a toda velocidad, uno de ellos no dudó en registrar el instante en un video para la posteridad. En las espectaculares imágenes se les puede ver entrelazadas, como si se tratase de una madre y sus cinco crías.
“Sorprende la valentía de estos jóvenes, que no dudaron en mantenerse frente a las serpientes para captar este hermoso espectáculo que nos regala la Madre Naturaleza”, expresó una usuaria al ver las tomas.
Sin embargo, si bien parece tratarse de una tierna escena familiar y maternal, según el biólogo Willianilson Pessoa, no existe certeza en dicha teoría, ya que, tal y como aseguró no se tienen indicios científicos de que las serpientes brinden cuidado parental a sus descendientes.
Además, se trata de una especie solitaria hasta la época de apareamiento, misma que ocurre durante la temporada de lluvia, normalmente entre abril y mayo, tiempo en el cual los machos deben encontrar a las hembras siguiendo su rastro de feromonas, aunque aún no está del todo claro cómo es que estos logran perseguir el olor.
“Por lo general, las hembras dejarán un rastro de feromonas para que los machos la sigan, pero todavía no se sabe cómo los machos de esta especie rastrean el olor de la hembra”, dijo Pessoa.
Lo que sí es recurrente es que muchos machos se encuentren con la misma hembra. Pueden ser hasta doce ejemplares diferentes envueltos entre sí intentando copular, algo que los científicos llaman “bolas de reproducción” y que pudiera ser la explicación más veraz de la escena que presenciaron este par de estudiantes brasileros.
El grupo puede permanecer así de enmarañado de 2 a 4 semanas, en una especie de lucha en cámara lenta, de concurso pausado entre los machos por la oportunidad de ganar el premio de aparearse con la hembra, y en donde el más fuerte y más grande es, a menudo, el vencedor.
Los jóvenes que captaron el momento y nos regalaron estas imágenes fueron muy valientes al permanecer tan cerca de ellas. Las anacondas no son especialmente amigables. Afortunadamente, todo salió bien para ellos y para los reptiles que estaban cruzando el camino.
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