La increíble historia de la vaca Penka condenada a muerte por no saber de fronteras

Cuando te metes en tremendo problema y ni te enteras, lo mejor de todo es que sales bien librado del asunto.

Los problemas de Penka, una vaca búlgara condenada a muerte por aventurera, comenzaron cuando su tropilla pasaba por la aldea búlgara de Kopilovtsi. Su peregrinaje la llevó hasta la cercana Serbia. De pronto, Penka se alejó, buscando tal vez pastos más verdes y terminó traspasando la frontera a Serbia.

Penka se las arregló para desaparecer sin dejar rastro, la buscamos por todas partes, fue como si el viento se la llevara, relata su dueño.

Recogida por un amable agricultor serbio vecino de la zona, que identificó a la vaca por su distintivo (de trazabilidad), trató de devolver al animal; sin embargo, lo que aparentemente era algo sencillo de resolver resultó ser más complicado, ha dado pie a un lío fronterizo en la que Penka quedó atrapada.

Fue entonces que comenzó el calvario del animal. Según la reglamentación europea, particularmente estricta en esta materia, Penka es considerada una res importada ilegalmente. Cruzó sin autorización la frontera de su país saliendo de la UE y a falta del certificado veterinario, las autoridades búlgaras exigieron que fuese sacrificada.

Nadie la detuvo entonces, pero sí cuando trató de regresar sin tener los papeles en regla.

«Cruzó por el paso fronterizo y ni la policía ni los aduaneros hicieron nada. Honestamente, no entiendo para qué es esa regla. Esto ocurre siempre. No hay fronteras para los animales, y las vacas, los gatos, los perros…, siempre entran y salen de Serbia y Macedonia”, discrepó su dueño Iván Haralampiev,  que pide clemencia para su querida Penka.

Iván ha movido cielo y tierra para salvar la vida del animal. Incluso acudió a la televisión búlgara para certificar el buen estado de salud del animal e intentar convencer de que no la sacrifiquen.

Desesperado ante la situación, lanzó un llamado a la solidaridad pública para salvarla del matadero. La historia del bovino fue recogida por los medios de comunicación europeos y en las redes sociales. La noticia se corrió como pólvora e inmediatamente las fundaciones se movilizaron para impedir el trágico final.

Más de 25.000 personas firmaron una petición en línea. Hasta el propio ex Beatle Paul McCartney, se unió a la causa en las redes sociales, a través del hashtag îSavePenka.

Penka pasó todo este tiempo en cuarentena, sin el estrés de la presión mediática.

Ante la protesta, lo absurdo del sacrificio y tras la presión de la campaña internacional, la Agencia Búlgara de Seguridad Alimentaria acordó revisar el caso.

Después de someterla a todas las pruebas sobre eventuales enfermedades, dictaminaron que se encuentra en perfecto estado de salud.

Se le puso punto final feliz al drama de esta vaca clandestina.

Le perdonan la vida a Penka, que además estaba preñada, podrá volver a su pueblo natal.

Penka cow

Bullgaria vendosi sot t’i kursejë jetën lopës Penka, të cilën kishte planifikuar ta asgjesonte për kalim “pa letra” të kufijve të Bashkimit Evropian. Lopa ishte larguar nga kopeja drejt Serbisë dhe ishte kthyer dy javë më pas. Autoritetet bullgare thanë se lopa duhej vrarë pasi kishte shkelur udhëzimet sipas të cilave kafshët që hyjnë në BE, duhet të kenë dokumente që verifikojnë gjendjen shëndetsore të tyre. Ngjarja shkaktoi protesta në mediat sociale, veçanërisht në Britani, ku aktivistët dhe euroskeptikët e cilësuan lopën Penka si viktimë të burokracisë në Bruksel.

Publiée par VOA – Zëri i Amerikës sur Lundi 11 juin 2018

Iván manifestó su enorme emoción ante los medios: «estoy muy agradecido con todos aquellos que (incluso) desde el otro lado del mundo defendieron a mi pobre animal, no tienen idea sobre el estrés que esto me ha causado, pero valió la pena…».

Euronews

Este modesto granjero dijo que en lugar de reprender a la traviesa Penka, la va a recompensar con «forraje de lujo» y «muchas caricias», puesto que se ha vuelto «muy especial» para la familia.

Comparte la singular historia de Penka por todos los que hicieron que tuviera un final feliz.

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