Prefería estar en una zanja a tener contacto con humanos, pero la hicieron cambiar de opinión

Muchos perros en las calles deciden aislarse antes de tener contacto con las personas. ¿La razón? Son víctimas de malos tratos tan severos y profundos, que se convierten en criaturas nerviosas y desconfiadas.

Una pitbull que fue hallada en una zanja en la ciudad de Los Ángeles es un buen ejemplo de esto. Ella estaba sola, sumamente asustada y necesitaba ayuda. A pesar de sus necesidades, se negaba a salir de su escondite, pues sabía que más allá de ese estrecho refugio, estaba vulnerable.

Aislada y deprimida, esta perrita había decidido alejarse por siempre de los humanos

Los voluntarios de Hope for Paws supieron de la existencia de la perrita, así que decidieron ir por ella y brindarle una segunda oportunidad.

Lo que los voluntarios ignoraban sobre el animalito era el temor que le despertaban los hombres.

Muy pronto se dieron cuenta de que la perrita no toleraba la presencia de los hombres.

Esto les hizo deducir que posiblemente la persona responsable de sus traumas haya sido un individuo cruel. La resistencia de la pitbull a los varones no fue motivo para cruzarse de brazos y decidieron intentarlo.

En este video entenderás la importante labor que amorosos voluntarios realizan cada día

Así fue como Eldad, un joven voluntario hizo mano de toda su paciencia, dulzura y generosidad. Él de verdad estaba dispuesto a ganarse la confianza de la perrita, sin importar cuánto tiempo le tomara esta tarea.

Entonces Eldad se sentó cerca de ella en la zanja y comenzó acariciando suavemente una de sus patitas. A pesar de estar nerviosa, ella supo controlar muy bien sus impulsos. Su dulce mirada fue indicativo de que las cosas quizás no serían tan complicadas si decidían aproximarse un poquito más.

Fue sorprendente, pero ella permitió que él le tocara la cabeza

Eldad decidió ir un poco más lejos y comenzó a acariciar la cabeza a la perrita. Al principio ella temía su afecto y cercanía, pero poco a poco se fue entregando a su cariño y hasta se dejó poner una correa alrededor del cuello. Todo parecía indicar que ese día, sería el gran día.

Eldad, Melissa y Sara lograron sacar a la pitbull de la zanja y como recompensa a su buen comportamiento, empezaron a alimentarla. Ella estaba tan animada con los voluntarios, que comenzó a comer con muy buen apetito.

Estaban felices de haber logrado este avance. Llevaron a la perrita consigo, le pusieron por nombre Nala y la encaminaron hacia su nueva vida. A pesar de algunos males propio del abandono en las calles, como pulgas y problemas de nutrición, la salud de la pitbull estaba bastante bien.

Pronto descubrieron que su fobia a los hombres no era permanente y que podían rehabilitar a la perrita.

También notaron que Nala era amorosa con los niños y con otros animales, su conducta era perfecta para asignarla a una familia que estuviera dispuesta a amarla y valorarla.

Nala fue asignada a un hogar de acogida temporal, mientras llega una nueva familia. Por suerte, esta perrita pasó de estar en una zanja en medio de una enorme ciudad, a tener un lugar lleno de amor y atenciones donde recobrar la confianza en los humanos.

Nala es una perra nueva, que espera por la familia que la ame y proteja

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