Corea del Sur ha albergado uno de los debates más intensos sobre la costumbre de criar perros para vender su carne. En 2017, coincidiendo con las Olimpiadas en Pyeongchang, diferentes organizaciones vienen realizando peticiones para que se aprueben leyes en donde se prohíba explícitamente la crianza de perros con el fin de vender su carne para consumo humano.
En todo el país son brutalmente asesinados cerca de medio millón de perritos cada año para obtener su carne.
La necesidad de estas leyes se debe a que en la actualidad este país tiene un cuerpo legislativo ambiguo en cuanto a las granjas que se encargan de criar y matar perros.
Hoy en día se calcula que en todo Corea del Sur hay más de 17.000 granjas destinadas a la cría de perros.
Gracias a este tipo de peticiones se ha logrado crear cada vez más conciencia en torno a los derechos de los animales; pero sigue siendo un tema de opiniones muy encontradas. Un estudio reflejó que el 70% de los habitantes de Corea del Sur no come carne para perros; lo cual parecería una cifra esperanzadora para lograr erradicar esta costumbre. Sin embargo, sólo el 40% de los habitantes están a favor de que se prohíba.
La mayoría de los coreanos no tienen interés en la prohibición y lo consideran algo normal por razones culturales.
Los logros de los activistas son indiscutibles, y cada vez logran salvar más perros de estas terribles granjas como el caso del rescate realizado por la organización Humane Society International a comienzos de este año. Pero ahora, un tribunal acaba de tomar una decisión que se ha convertido en el primer paso hacia la ilegalización total de estas prácticas.
La carne de perro se vende por poco más de un dólar por cada kilogramo.
Care es una asociación de defensa de los animales, y el año pasado realizó una demanda a un criadero de Bucheon, no sólo por la matanza de los perritos, sino también por incumplir múltiples normas de higiene y de construcción. La fiscalía declaró al criadero culpable de “matar animales sin razón de peso” y quedaron condenados a pagar una multa de más de 2.500 dólares.
Un abogado de la organización, Kim Kyung-eun, declaró la importancia de este suceso:
“Estamos hablando de la primera decisión de justicia que estipula que matar a los perros para consumir su carne es ilegal”.
A pesar de la alegría de muchos activistas, los encargados de las granjas se han manifestado en contra de esa decisión y no sólo exigen que se legalice la práctica, sino también la autorización de mataderos específicos para perros.
Park So-youn, la directora de Care, se muestra muy positiva ante la posibilidad de lograr ilegalizar esta práctica, ya que se ha logrado crear mucha conciencia en todo el país:
“En los últimos 10 años, la opinión pública cambió de discurso sobre el consumo de carne de perro, la mayoría se inclina por la prohibición”.
Sin duda, no ha sido un camino sencillo para los activistas que alzan su voz en contra de estas terribles prácticas; pero el panorama se muestra mucho más prometedor con la decisión de este tribunal como un primer paso para ilegalizar esta práctica en Corea del Sur.
Te invitamos a compartir este logro para continuar apoyando la lucha contra esta terrible práctica.